Cuando iba a la facultad y cursaba la materia creatividad nos hacían hacer collages para hablar sobre determinados productos, posicionamientos, y mensajes. Reconozco que entre toda mi parte de fashion y glamorosa de leer revistas extranjeras, (Vogue, Red, Bazaar, In Style, Woman, etc, etc) siempre me gusto guardar fotos que me llamaran la atención por algo; siempre me resultaba muy terapéutico revisarlas (viejas o nuevas) y buscar fotos y cosas que me identificaran e intuitivamente iba armando el collage del momento…
El otro día leyendo una nota sobre las memorias de Diane Keaton en la revista Harper’s Bazaar (Argentina) de Enero encontré una frase que me hizo dar cuenta que no estoy sola con mi técnica : «Supongo que podría decir que coleccionar y reconvertir imágenes, reorganizar lo conocido de manera que formara un conjunto inesperado con la esperanza de descubrir algo nuevo, se transformo en una de nuestras creencias comunes. El collage, lo mismo que el razonamiento abstracto, era un proceso visual para analizar información. Cierto? (…) evidentemente ella creía que yo estaba en lo cierto.»
Supongo que todas esas fotos reorganizadas, palabras, y colores pretendieron (y lo siguen haciendo) decirme algo mas de mi misma, del momento que vivo, y de lo que necesito visualizar con respecto al futuro.
Esa costumbre me acompaña hasta el día de hoy y siempre me ha resultado terapéutica y reparadora. No solo para entender mi presente sino para ver lo que esta «por venir».
Hacer collage de situaciones, de proyectos, de cambios, es una buena manera de relacionarse con todo eso. Es como desmitificar lo malo y apoyarse en lo bueno.